Una cuarta parte del mundo enfrenta un estrés hídrico extremo: ¿qué significa y qué podemos hacer?
El agua es un recurso vital, pero cada vez está más amenazado. Actualmente, 25 países que albergan al 25% de la población mundial enfrentan un estrés hídrico extremadamente alto, lo que significa que utilizan más del 80% de sus recursos hídricos renovables cada año. Esta situación pone en riesgo la salud, la producción de alimentos, la generación de energía y la estabilidad económica.
Entre los países con mayor estrés hídrico se encuentran varios de Medio Oriente y África, así como algunos de Europa, Asia y América Latina, incluyendo a Chile. Se prevé que esta problemática se intensifique en los próximos años: para 2050, el 31% del PIB mundial estará expuesto a altos niveles de estrés hídrico. México es uno de los países que podrían contribuir significativamente a esta cifra, debido al crecimiento de su población, la presión agrícola y los efectos del cambio climático.

¿Qué podemos hacer desde la sostenibilidad?
La buena noticia es que existen soluciones. Algunos países han demostrado que es posible gestionar el agua de forma eficiente mediante tecnologías innovadoras y políticas públicas adecuadas. Desde Llum Agencia de Sostenibilidad proponemos una serie de acciones concretas:
1. Gestión eficiente del agua
Fomentar el uso de tecnologías que reduzcan el consumo de agua y aumenten su reutilización, tanto en hogares como en sectores productivos.
2. Cultura del ahorro
Impulsar campañas educativas para promover una nueva relación con el agua: más consciente, más justa y más eficiente.
3. Infraestructura verde
Apostar por soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración de humedales, captación de agua de lluvia y urbanismo verde, que permiten conservar y mejorar el ciclo del agua.
4. Alianzas estratégicas
Colaborar con gobiernos, empresas y comunidades para crear políticas sostenibles de acceso, distribución y tratamiento del agua.
El estrés hídrico no es solo una amenaza ambiental, es un desafío humano, económico y político. Pero también es una oportunidad para transformar nuestros sistemas y garantizar un futuro más resiliente.
En Llum, creemos que cada gota cuenta. Por eso trabajamos con organizaciones comprometidas con el cambio para asegurar que el agua siga fluyendo para todos.
Fuente:
https://www.wri.org